EL MUERTO DEL RIO
MAPOCHO
Rayados Murales,
Carteles Impresos, Estarcidos.
Aníbal Ortizpozo
PRIMERA MIRADA:
Ciudades de Santiago, Valparaíso. Chile Febrero-Marzo 2012.
Para los que salimos
de Chile contra nuestra voluntad, regresar a Chile de visita, después de
muchísimo pero muchísimo tiempo, caminar sus calles y veredas es toda una
odisea, que debe ser abordada sin prejuicios,
lentamente, sobre todo si se trata de Santiago o Valparaíso, estas
ciudades capitales te hablaran sin tapujos desde sus muros y baños, de sus
obscuros bares nocturnos, llenos de escritos, dibujos y rayaduras políticas pensantes,
veloces, anónimas. No preguntes, espera que ellas te cuenten lo transcurrido en
el tiempo de tu ausencia, escucha, son ellas quienes te están diciendo ¿me
recuerdas?, ¿pero eres tú realmente?, casi no te reconozco.
En Chile las ciudades
nos han hablado desde hace más de 40 años, desde sus muros exteriores, de casas
particulares y edificios públicos, especialmente desde aquellos que están
abandonados. Son frases simples, a modo de “mancheta” de periódicos,
esperanzadoras y absolutamente visibles para el transeúnte, algunas de ellas,
las primeras de los años 70: “habrá trabajo para todos”, “no habrá angustias
para nacer” y “el pueblo unido jamás será vencido” entre muchas otras. Hoy en
el 2013 a 40 años de la dictadura, las frases son otras, pero en el fondo las
mismas: “Asamblea Constituyente ¡Ahora!”,“no mendiguemos la existencia”, “Sin
justicia no hay paz”, “Por la libertad a manifestarnos”, “Ni privada, ni
estatal, queremos educación popular”, “No al lucro”, “Igualdad”, “Abajo el
modelo empresarial”, “En la sociedad de consumo solo eres un número”, “Estado,
eres un violador consciente”, entre muchas otras e imágenes cargadas de
contenido político. Rayados murales que no tienen nada que ver con los
graffitis, a modo de monogramas herméticos, decorativos al estilo neoyorquino.
Quienes así se
expresan en las murallas, desde luego, son considerados subversivos
terroristas, comunistas, especialmente cuando estos, usan demoledoramente la
artillería del pensamiento político revolucionario contra el sistema
establecido. Algunos forman parte de una protesta justa que se criminaliza,
pero carentes de organización política que la respalde, como la mayoría de los
indignados tan de moda en el mundo.
¿Existe un lenguaje
subversivo en estas expresiones artísticas a cielo abierto? Compruébelo usted
mismo, camine por las calles de cualquier ciudad, hacia sitios de poca
vigilancia policial y encontraremos ese
lenguaje en los muros, o en recintos de mayor privacidad como son las letrinas
públicas, especialmente en la puerta de ellos frente a la poceta, textos,
dibujos, y versos populares, es la ciudad dialoga desde el colectivo de sus
transeúntes, lo allí realizado en forma individual o por grupos organizados, como son brigadas políticas
de rayado mural. Además de los muros existen otros soportes para la expresión
de estos lenguajes de la inconformidad como son las intervenciones sobre carteles impresos de la
publicidad comercial y billetes de moneda, los cuales se modifican dibujando
o escribiendo sobre
ellos.
Una inocente caminata,
puede ofrecerte sorpresas. Un día cualquiera que me dirigía desde Santiago
Centro por la calle Bandera hacia la Avenida Independencia, sabiendo que
volvería a ver el río Mapocho, vino a mi memoria todo, lo que nos había sucedido por esos
lados, pero... sorpresa!, como una de esas pesadillas de la posdictadura... me
negaba a creer lo que estaba viendo, sobre un hilo de agua turbia del río
Mapocho, una vez más, un muerto flotando, junto a unos cuantos jóvenes que lo
hacían realidad en forma de mural, cerré
mis incrédulos ojos, vinieron entonces como un chorro de agua fresca, las
imágenes de las brigadas de rayado mural de los años 60 / 70, de la Ramona
Parra, la Inti Peredo, la Elmo Catalán, y los murales de los trabajadores y sus
hijos en los BALPOS (Balnearios Populares) obras borradas que años después
hemos vuelto a ver, gracias a los esfuerzos restauradores, que se han hecho
para quitar capas y capas de pintura, que la dictadura, ordenó poner, para
hacer desaparecer valiosos murales artístico-políticos, como el recuperado
mural de Roberto Matta en la Municipalidad de la Granja Santiago, realizado con
los jóvenes de la brigada Ramona Parra.
Santiago es también mi
ciudad, donde vine a realizar mis estudios universitarios y trabajar naturalmente,
viajando en un tren a carbón desde Ovalle en el
Limarí de mi Norte Chico, cómo no recorrer sus calles, cómo no recordar
los enfrentamientos con los “pacos” del temible Grupo Móvil, en nuestras luchas
reivindicativas, luchas estudiantiles, hoy más presentes que nunca, en este
Chile S.A. actual, donde como sabemos, toda la vida social esta permeada por la
mercantilización de ella y los ciudadanos meros usuarios y consumidores .
Valparaíso hoy tiene
fama de ser la ciudad, con mayor presencia de murales y rayados espontáneos,
asimismo como la cuna de legislaciones municipales que reprimen, sancionan y
encarcelan a los “grafiteros” y muralistas.
Ver los inicios de los
actuales murales del río Mapocho y un mural de “pirañas y pirañitas” en Concepción, difundido en Internet, me
motivaron a asumir el oficio de fotógrafo, para documentar los rayados murales
y carteles, en caminatas no programadas, por Santiago Centro y Valparaíso. Las
imágenes que hoy conforman el libro El Muerto del Río Mapocho, recogen una
mirada emocionada, que quiero compartir con todos ustedes.
Ahora bien, considero
que los textos e imágenes incluidas en este libro, son sólo la punta de un
“iceberg”, de textos e imágenes, omnipresentes en todas las calles, poblaciones
y ciudades del Chile contemporáneo y del mundo. Rayados que brotan una y otra vez, como una voz, son la voz de los que no tienen voz, que
es necesario documentar, porque son flores de un día, fuertes, críticas... y
frágiles al mismo tiempo...humanas, ilegales, libertarias, efímeras,
criminalizadas y finalmente borradas.
Texto introductorio
del libro de fotografías,
EL MUERTO DEL RIO
MAPOCHO que usted puede ver en ISSUU
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