martes, 11 de septiembre de 2012

ELOÍSA GONZÁLEZ: “NO HABRÁ PROCESO VICTORIOSO SI NO DEMORA LO QUE TENGA QUE DEMORAR”


Camilo Espinoza


El pasado 28 de junio volvió a pasar: ciento cincuenta mil estudiantes desbordaron la Alameda exigiendo el fin a la educación de mercado. 
No obstante, mientras las asambleas de las facultades duermen y los dirigentes universitarios se peinan para demostrar que los estudiantes apostamos por la “alegre obediencia”, la mañana de ese día comenzaba con cortes de ruta en distintos puntos de la capital sólo para anunciar lo que se venía fraguando desde abajo: los secundarios llegaron para quedarse.

La segunda marcha en el año convocada por el CONFECH tiene a un grupo de siete estudiantes secundarios atravesando la calle Mc Iver. La consigna que portaban era elocuente: “Basta ya de conciliar, es tiempo de luchar” y lo firmaba la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES). Detrás de ellos, centenares de estudiantes volvían a repletar las calles.
Sin embargo, ya ha pasado más de un mes desde esa convocatoria y Eloísa González Domínguez (17), vocera de la ACES y quien no sólo estuvo en medio de esos estudiantes portando aquel lienzo, sino también subió al escenario a ser la voz de los pingüinos, sabe que a río revuelto la ganancia es de los pescadores. “El año pasado nosotros llegamos a movilizar cerca de un millón de personas y no se logró absolutamente nada. Eso fue muy desgastante. Pero nosotros no damos por muerto este primer semestre, sino que hablamos de un semestre que fue de rearticulación, de recomponer fuerzas”, sentencia con firmeza.
Agrega que se han abocado a una tarea más de discusión, organización y de poder cohesionar un discurso. “A raíz de nuestra primera asamblea nacional que nosotros tuvimos, hemos estado conformando organizaciones en cada región y haciendo un catastro del estado en el que se encuentran los liceos”.
- Se habló mucho del 2011, de la rimbombante y bullada “Primavera de Chile”. Luego se calificó el 2012 como el año de las propuestas lo que se ha traducido en un año bastante quieto para los estudiantes. ¿Cómo leen los secundarios esa situación?
Nosotros creemos que el año pasado el discurso estaba clarito. Todos sabíamos que se trataba de no al lucro y educación gratuita. Pero este año no se sabe qué discurso adoptar. La misma estrategia no está teniendo sentido y dejó de ser efectiva. No se sabe qué cosa es lo que hay que instalar. Pero nosotros sí lo sabemos. Por lo menos a nivel secundario, hemos tomado el primer semestre para definir nuestra táctica y estrategia, para definir nuestro discurso articulador.
El año pasado era la CONFECH el eje que articulaba todo, pero este año no se compara con la del año pasado, está muy desgastada. Entonces, nosotros creemos que debe haber un discurso articulador nuevamente, en particular ya pensando en el segundo semestre. El llamado de los secundarios es a desmunicipalizar. El 2011 nosotros pasamos a segundo plano y este año, por la situación paupérrima en la que están los colegios, creemos que el segundo semestre se van a dar chances para iniciar una revuelta estudiantil secundaria.
LA SITUACIÓN DE LOS SECUNDARIOS
- Con respecto a la contingencia ¿Qué está discutiendo hoy día el movimiento secundario?
Nosotros tuvimos hace un tiempo la segunda asamblea nacional, en Talca, el 9 de junio, sobre qué posición tenemos nosotros por la situación de los secundarios, sobretodo considerando que no se desprendió ningún resultado, ningún fruto, no hubo ninguna demanda aprobada por parte del ejecutivo. El balance fue que hemos estado muy desgastados y muy debilitados, sobretodo porque expulsaron una cantidad tremenda de estudiantes que finalmente ha sido reintegrada. Por lo tanto, creemos que este período ha sido de reconstrucción.
Ahora bien, nos dimos cuenta con las últimas tomas que se han realizado: Liceo Miguel de Cervantes, el Liceo 4, Nuevo Amanecer de La Florida, el Liceo de Parral y otros más, que se están movilizando porque ya no se puede más. Así de simple. Hay varios liceos en esa situación crítica, incluso liceos que puede que no se les esté cayendo la infraestructura en sí, pero es mucha plata que va desde el Estado hacia los liceos, a través de la subvención escolar preferencial y que no se sabe dónde está…
- ¿La plata?
La plata. No se sabe dónde se invirtió, en qué se invirtió, dónde está esa plata. De hecho hace poco salió el examen de contraloría que hablaba de alrededor de 2 mil 500 millones de pesos chilenos que no se sabe dónde están. Y hasta hace poco se aprobó invertir más plata en la subvención escolar preferencial.
Entonces, tenemos los liceos para la cagá y la plata no está llegando. En base a eso llamamos a la jornada nacional de reflexión el 20 para generar esta oportunidad de discusión al interior de los liceos, para que los chiquillos se movilicen y puedan plantear sus demandas internas y que se vea cómo se relaciona la demanda interna con la demanda nacional que es desmunicipalizar.
- ¿Es un problema la orgánica para los secundarios? Porque siempre se ha fluctuado entre coordinadoras que se levantan para una determinada coyuntura, pero que una vez acabada esta, se acaba la organización.
Ha sido un logro que la ACES tenga casi tres años de existencia. Desde el 2010 que fue como la tercera refundación, porque ACES han existido anteriormente. Pero ya lleva bastante tiempo existiendo y se ha logrado mantener y verse como un referente al nivel de estudiantes secundarios. Por eso mismo, no nos preocupa tanto, porque hasta ahora la coyuntura no ha logrado comernos.
Ahora, lo que sí nos preocupa es que se siga insistiendo en un modelo federativo dentro de los estudiantes secundarios porque, hasta que no se democraticen todos los espacios internos, hasta que efectivamente un centro de estudiantes no signifique tener las mejores notas, no ser proclive a las movilizaciones, ser designado a dedo. Mientras no deje de existir eso es imposible, porque justamente el hecho de que los liceos estén en esas condiciones y la represión sea tan alta hace imposible conformar una federación. Nuestro interés de todas formas está puesto en avanzar y no entramparnos en discusiones orgánicas.
- Si tuviéramos que elegir dos problemas organizativos internos que sean prioritarios para los secundarios ¿cuáles serían estos y cuáles sus soluciones o qué proceso habría que empujar para combatirlos?
El principal problema que tenemos es que justamente cuesta tanto articularnos, porque no hay presupuesto y la infraestructura para poder desarrollar una organización de estudiantes secundarios es muy mínima y muy precaria considerando, por ejemplo, la capacidad y las condiciones que tienen los estudiantes universitarios. Nosotros no tenemos presupuesto para funcionar, todo lo tenemos que hacer mediante autogestión.
De una u otra forma, eso significa que todos los años hay que volver a empezar a generar esa articulación. Muchas veces pareciera que es un retroceso, pero se trata de volver a retomar fuerzas y seguir avanzando, cosa que ha permitido al movimiento secundario instalar temas que son muy de avanzada para un período. Nosotros el 2010 planteábamos la educación gratuita, cuando aún se hablaba de arancel diferenciado. Este año nosotros estamos hablando de una educación con control comunitario, que la educación esté en manos de la comunidad, que no sea el Estado el que tenga que decidir todo. Eso también es una temática de avanzada.
Ahora, claro que eso significa problemas en períodos, pero son problemas que permiten avanzar.
Otro problema que yo veo a nivel de movimiento estudiantil es que sigue habiendo un sector que está cometiendo errores estratégicos fundamentales y que asimismo no logran abocarse en una instancia de discusión política. Son sectores que son políticamente distintos a nosotros, que son pro-concertación, del PRO o del PC. Ese problema histórico se tiene que ir resolviendo mediante una coordinación básica. Por ejemplo, ellos convocaron para el 20 de junio a marchar, 8 días antes de la marcha general, lo cual es un error, porque significa un desgaste innecesario de fuerzas.
- ¿Cómo se resuelve la disputa con la CONES? Porque estamos hablando de dos referentes que dicen ser representativos del movimiento estudiantil y que plantean cuestiones opuestas…
El año pasado nosotros teníamos a Freddy Fuentes, que si bien no era representativo del movimiento de los estudiantes secundarios, de hecho, era muy rechazado a la interna, mediáticamente tuvo mucho impacto. Pero esto porque fueron los mismos universitarios quienes lo levantaron. Ahora, sinceramente, para resolver este conflicto se tiene que dar una discusión política en conjunto. El tema es que tiene que haber disposición de todas las partes para que se realice y hasta ahora no ha habido para poder, por lo menos, coordinarse en términos básicos.
Tiene que haber una discusión interna en términos políticos, no puede haber una pelea para medir fuerzas dentro de una misma instancia, porque eso termina debilitando. Eso no puede seguir pasando.
LA CRÍTICA A LA INSTITUCIONALIDAD
- Hubo un recambio en el CONFECH, donde teníamos un 2011 con la hegemonía del PC y sectores de la Concertación, sin embargo, ahora las dirigencias las tienen otros grupos, como la UNE, se mantiene el NAU en la Católica y en La Chile está Boric. Grupos que supuestamente estaban a la izquierda del PC, pero que en la práctica no han logrado levantar ninguna movilización contundente y hasta el discurso ha sido más moderado ¿cómo leen los secundarios esa situación?
Lo que hemos estado analizando es que este año hay una fecha importante que se viene, en el sentido de coyuntura, que es el 28 de octubre. Ya hay muchos sectores que han hecho una especie de retirada del movimiento para enfocarse más en el tema electoral. Yo creo que esa es una de las razones por las cuales ha costado avanzar en discurso. Levantar un discurso en este período de volver a salir a las calles, de volver a movilizarse, de volver a tomarse los colegios y las facultades, en algún momento se va a topar con la fecha y muchas de las apuestas políticas están pendientes del 28 y no del movimiento, lo cual es una debilidad.
- Hay una crítica a la institucionalidad que quedó de manifiesto con el ultimátum que hicieron ustedes para las municipales ¿Cuál es la crítica de fondo a la institucionalidad en un momento donde hay varios dirigentes nuestros que están buscando oxigenarla?
Con respecto a los sectores que están apostando a lo electoral, nosotros hacemos una crítica política sin meternos en el juego electoral, porque creemos que ahí se comete el error, porque meterse en ese juego es meterse en un terreno que no es tuyo. Nosotros hacemos la crítica de que este año no es posible, no es factible y termina siendo sumamente contraproducente para la organización entrar en el terreno de la institucionalidad política, que es el terreno de los responsables de que no se haya cumplido con ninguna demanda. Entrando allí, estás legitimando ese terreno y los estás legitimando a ellos.
Eso, para nosotros, termina siendo otra piedra en el zapato, otro elemento que nos impide seguir avanzando. Significa también que el movimiento, que hasta ahora se ha venido construyendo, pasa completamente a segundo plano porque dejas de hacerte parte del movimiento como plataforma para las demandas, sino ahora entras en una plataforma que no es tuya.
- Pero en general, ahí te responden estos mismos sectores con esto de la madurez, de pasar del movimiento social a lo político…
Es que hay dos formas de abordar la política: la política institucional y la política que hacemos nosotros, que es una política popular, mucho más arraigada a los espacios de convergencia de la sociedad chilena. Son espacios que, si no fuera por los distintos movimientos que han surgido, no existirían. Porque no hay interés de la política institucional de generar espacios de convergencia del pueblo.
Nosotros decimos que no se trata de un proceso de maduración. Esa maduración nosotros la veríamos si no sólo un sector de los estudiantes estuviera pensando políticamente una alternativa política para el sistema, sino también otros sectores de la sociedad más allá de los estudiantes, sectores de trabajadores construyendo esa alternativa, los profesores mediante una organización que realmente englobe a los profesores. Eso sería para nosotros una madurez política del movimiento estudiantil y del movimiento social en sí.
Pero ese es el mismo discurso que tiene, por ejemplo, el Partido Igualdad, “pasar del movimiento social al poder comunal”, lo que se traduce en candidatos a alcaldes y concejales ¿Con qué ojos se mira esa opción?
Es que nosotros lo vemos por las condiciones actuales. No creemos que estén dadas las condiciones para dar una batalla institucional. Hasta ahora lo que se ha ido demostrando es que, distintos referentes políticos que han hablado de una batalla institucional, han terminado cayendo, quizá no por voluntad propia, pero de todas formas han terminado cayendo en el mismo juego y siendo cero aporte a la construcción del movimiento.
También hay que pensar que siempre cuando una institucionalidad se ve desestabilizada, así también como la economía, se tiende a reacomodar pero manteniendo el mismo contenido. No tenemos mucha confianza en el camino institucional más bien por la historia que este ha demostrado.
¿Y cómo te imaginas tú un movimiento social en términos de disputa real fuera de lo institucional?
Si uno se pone a analizar la historia de los movimientos sociales, siempre han tenido siempre dos plataformas donde se han movido: la movilización callejera y las distintas instancias de negociación.
El año pasado, por ejemplo, se hablaba de no salir a la calle y reforzar sólo la discusión política. Nosotros planteamos que no, que había que salir a la calle y demostrar fuerza y gracias a eso el movimiento estudiantil hoy es un referente dentro de la sociedad. La dinamiza. Ahora, si tú me preguntas cómo avanzar para poder ejercer mayor control sobre el ejecutivo, yo creo que en lugar de salirse de los parámetros del movimiento, es mas bien, tratar de convocar a otros sectores y buscar espacios de convergencia.
LA CONSTRUCCIÓN DE PUEBLO
¿Cuál es el rol de los secundarios en ese proceso de articulación?
En Freirina, en Aysén y en otros focos alrededor de Chile que se han movilizado por cosas básicas, de condiciones de vida, están empleando los mismos mecanismos de lucha del movimiento estudiantil: los cortes de calle, las tomas de recinto, etc. Pero una autocrítica que nosotros hacemos es que, a pesar de eso, no hemos conseguido nada. Eso es verdad.
Ante eso, debemos intentar construir, sin entrampar las demandas más grandes, una especie de ganancias a la interna para no dejar que el desgaste nos mate. Por ejemplo, el año pasado hubo liceos que sacaron petitorios internos mientras se construía el petitorio nacional. Terminaron las movilizaciones y quedaron, por lo menos, con mejorías de la infraestructura. Eso demuestra que la movilización sí sirve. Que la estamos construyendo.
Algunos compañeros podemos entender que estamos en un proceso de acumulación de fuerzas, pero la mayoría, el estudiante de base, necesita un cambio concreto. Y nosotros también, para qué mentirnos, necesitamos los liceos con mejor infraestructura porque tenemos que desarrollarnos en torno a la educación.
Estamos en un proceso que nos tiene que servir hacia el futuro. Estamos viendo las dos cosas, haciendo el análisis de qué se nos viene más adelante, porque si el 2011 no nos permitió ganancias en términos materiales, pero sí en términos de fuerza y, por otra parte, también ha significado para otros sectores de la sociedad la reapertura de la lucha callejera como un método válido para conseguir nuestros objetivos. Se ha instalado que si tú no sales a la calle a protestar, no peleas, no vas a conseguir nada.
¿Cómo se desenvuelve la ACES para fortalecer la conciencia y la organización del estudiante de base?
Nosotros creemos que no va a haber proceso victorioso si no demora lo que tenga que demorar. Somos una asamblea de 50 liceos, donde efectivamente hay dirigentes de esos liceos que podríamos decir están politizados, a diferencia de sus pares. Entonces, tú tienes que ser capaz de llevar el mismo nivel de discusión política desde la Asamblea hasta los liceos y eso cuesta muchísimo. No es lo mismo discutir en un espacio donde todos leen prensa y todos saben lo que es la subvención escolar preferencial a uno donde no tienen idea.
Una característica fundamental del movimiento secundario es que todos estamos en el liceo constantemente. Viviendo exactamente las mismas condiciones, compartiendo con los compañeros. La retroalimentación y el trabajo en conjunto no son tan difíciles. Lo entendimos de la siguiente forma: nos faltan sillas, nos faltan libros, los liceos están en pésimas condiciones, nos hacen ensayar la PSU y el SIMCE, no entendemos para qué y cada vez que reclamamos se nos amenaza con expulsarnos. Así vemos que dentro de la misma realidad material cuál es el problema central. De esa forma, las discusiones se van haciendo mucho más simples y no tecnicistas en el sentido de hablar con palabras que los compañeros no entiendan.
De hecho, los dirigentes universitarios han presentado una serie de propuesta con eso bien tecnicista a los parlamentarios, pero que no han sido fructíferas en ningún sentido…
Nosotros entendemos que cualquier construcción desde lo tecnicista, desde los datos mismos, es válido dentro del mismo sistema. Cualquier propuesta que se esté planteando cambiar algo profundo del sistema va a ser inválido, porque no es compatible. La propuesta que nosotros tenemos, la propuesta de la ACES, bajo las condiciones de este sistema, es imposible. Porque no podemos aplicar un proyecto que plantea un cambio sistémico en un mismo sistema.

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